jueves, 13 de marzo de 2014

Frente a Frente (revisado y corregido)

"Frente a Frente" es uno de los cuentos que he escrito que más me ha gustado, sin embargo, siento que en cuanto a redacción aun tengo mucho que pulirle. Esto es un rework, pasados ya cuatro meses desde que lo publiqué, pero no es bajo ningún motivo el definitivo. Solo eliminé algunas cosas que sonaban muy pomposas y traté de reforzar la idea del final con más detalles. No se, ustedes me dirán.

L.C 


Frente a Frente.

 La tarde era  cálida y ambas estaban sentadas una frente a la otra. El sol entraba por la ventana, inundando el cuarto con un resplandor dorado. Ellas cepillaban su cabello mientras conversaban.
-Tiene tantas cosas que me gustan que tengo miedo de que sea  perfecto.- Dijo la primer mujer, con una sonrisa estúpida dibujada en su rostro.
-No existe tal cosa como la perfección, y te consta. Es cuestión de tiempo para que empieces a verle defectos que te desencanten...como siempre lo haces- Respondió la otra, con aire desanimado.
- ¡Qué importa si no existe! ¿No es hermoso lo mismo? Cuando el corazón te galopa en el pecho y la alegría te inunda cada vez que él te habla, esos primeros días donde el amor es joven sin las manchas de la rutina, sin las cadenas del compromiso. A merced de la expectativa, donde la incertidumbre de sentir lo mismo te da un motivo para levantarte cada mañana- Se mordió los labios pensando en esta idea.
Ambas mujeres suspiraron.
-Pero tarde o temprano se mancha. La mancha se expande y termina por consumirlo todo ¿No te das cuenta? Por ejemplo, ¿Qué te hace pensar que sos la única que suspira por las mismas palabras? ¿Qué está haciendo él ahora? ¿Podrías asegurarme con tu vida que sus cumplidos están dedicados exclusivamente a vos?- le respondió la segunda mujer,  quitándose el pelo de los ojos. Su compañera hizo lo mismo. 
-No, no puedo. Al contrario, sé muy bien que no soy la única para él, no me malinterpretes.  Pero es que es muy pronto aún.  No puedo pedirle su corazón completo si yo apenas he empezado a darle el mío.- Le constestó sin titubear.  Se cruzó de piernas, su compañera la imitó.
- No me vengas con estupideces. Las dos sabemos lo rápido que te enamorás y lo mal que la pasas cada vez que lo haces. Y ¿desde cuándo no te importa ser la única? No quiero que vengas después, con el corazón roto y los ojos llenos de lágrimas a mirarme fijo y darme la razón. Creí que nos conocíamos mejor–. Dijo, los labios temblandole a cada palabra. 
Hicieron un silencio.
-El que nada arriesga nada ga…no, no me mirés así. Tu problema es que sos demasiado pesimista.-
-Y tu problema es que sos demasiado optimista.- replicó la otra, casi con desprecio. 
-Tenés razón.- Exclamaron al mismo tiempo.
Ambas mujeres se miraron a los ojos y suspiraron.

Entonces se levantó y se apartó del espejo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Para un escritor es importante saber si no tiene que dejar la pluma y agarrar el plumero, por favor comentá qué te pareció!