lunes, 25 de noviembre de 2013

Otro 25 por la mañana.



Me desperté con lágrimas en los ojos, una persona muy especial me visitó en mis sueños anoche. 
Y ver esa cara perpetua, un recuerdo inmaculado, una sonrisa siempre presente, me hizo darme cuenta de cuánto lo extraño.
Me senté en la cama y miré el celular. 25 de Noviembre y el mundo se me vino encima ¿Cuánto había pasado ya? ¿Un año y medio? Y la tristeza sigue intacta, ahí, escondida en el pecho, esperando el momento justo para recordarme se fue y no va a volver.

Agarré la computadora y empecé a tipear, frenando solo para secarme las lágrimas que siguen cayéndose de mis mejillas.

Porque recuerdo como si fuera ayer el balde de agua fría que sentí cuando me llamaron por teléfono esa noche de Julio.  Y el tiempo se detuvo. Y me quedé con mi boca llena de palabras que nunca dije, con abrazos que nunca le di, con peleas que nunca tuvimos…Y los recuerdos empezaron a amontonarse en mi cabeza, a pelearse por entrar, y a hacerme un hueco en el alma

Me resultaba tan absurdo, porque creo que ya tenía una vida planeada donde él se casaba, tenía hijos, los obligaba a jugar fútbol y venia con su familia a cenar a mi casa, siguiendo con la tradición que habíamos empezado de chiquitos. Me resultaba tan imposible que todo eso que fue se hubiera evaporado, que todo lo que existió ya no existiera, que tan injustamente el hilo de la vida se cortara tan pronto.  

Y  no puedo dejar de pensar lo mucho que me seduce la idea de que en algún lado, de alguna forma, él pueda leer esto que escribo y reírse, seguramente, por lo cursi que soy.

Otro 25 por la mañana donde el café nos sabe a lágrimas y las caras se lavan solo para volverse a enjuagar en llanto.  

Otro 25 por la mañana donde yo te extraño.

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